Abdomen como nuevo

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Para eliminar el exceso de piel en el abdomen y diseñar un nuevo ombligo existe la abdominoplastia.

Como delantal o mantel de piel y grasa (porque cuelga de la parte delantera del abdomen) se le conoce a esa marca poco grata que queda en esta zona en mujeres que han sufrido graves alteraciones de peso por los embarazos o en quienes han padecido de obesidad mórbida.

El dichoso delantal, además de las cicatrices de cesáreas y de otras intervenciones, se puede eliminar con la abdominoplastia, “un procedimiento quirúrgico que tiene como objetivo lograr un abdomen más estético mediante la resección de esa piel sobrante y grasa”, dice el cirujano plástico Rafael Pérez.

A las candidatas a esta cirugía se les valora en consulta médica tres aspectos del abdomen: “calidad de la piel, en la que se puede identificar el grado de flacidez y cantidad de estrías; la grasa subcutánea, de la que se determina su cantidad y localización; y los músculos de la pared abdominal que pueden encontrarse separados por los cambios de peso o por los embarazos”, agrega el cirujano. Después de esta valoración se determina si se puede hacer la retracción de la piel con las últimas tecnologías disponibles, es decir, lipoplastia asistida por Vaser o Microaire. En caso contrario, se tendría una candidata a una abdominoplastia, en la que, en la mayoría de los casos, se hace también lipo en la espalda para lograr una forma global más armónica.

Con la abdominoplastia, “primero se extrae un porcentaje de grasa de los costados como de la espalda, con un dispositivo láser que ayuda a diluirla para su posterior extracción –explica Andrés Gómez, director de Cirugía Plástica de la Clínica Colombiana de Obesidad y Metabolismo–. Después se realiza un corte en forma de ojo en la zona que se va a recortar, se reseca la parte sobrante y se diseña un nuevo ombligo. Se aprovecha para amarrar los músculos del recto abdominal, como se dice coloquialmente, y lograr un mayor tono de la pared abdominal”.

En este procedimiento también se reconstruye el ombligo. Pero no en todos los casos. “Depende básicamente de la cantidad de piel que es necesario resecar. En las personas que no requieren una resección tan amplia se eleva el colgajo de piel y grasa, se suturan los músculos, se quita el sobrante dermograso y se reposiciona el ombligo –explica Pérez–. En las que requieren una resección más amplia se rehace el ombligo”.

Según Gómez, en algunas mujeres (o también hombres) el colgajo de piel no es tan grande, entonces se puede extraer ese exceso de piel del ombligo para abajo, que es lo que se llama minilipectomía. Si se requiere que esta quede más estirada, entonces sí se hace por encima del ombligo, lo que significa que se corta también la parte exterior de este y es necesario diseñar uno nuevo.

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A remodelar el ombligo

No existe una escala de medidas que determine si una mujer requiere una abdominoplastia estética, sin embargo el especialista debe valorar las necesidades reales de cada paciente. “Hay las que no tienen suficiente cantidad de piel pero sí mucha flacidez, entonces se hace una maniobra en la que casi sin destruir el ombligo se extrae una porción de piel para dejar el abdomen más liso o plano. Y en el exceso de piel por obesidad mórbida se puede recortar el delantal o tejido graso abundante sin extraer grasas”, enfatiza Gómez.

Esta cirugía se puede realizar bajo anestesia general o regional (no se recomienda bajo anestesia local) y dura, en promedio, cuatro horas. Se sugiere también en quienes tienen cicatrices en el abdomen producto de otras intervenciones quirúrgicas diferentes a una cesárea o para eliminar parte de las estrías que dejan los embarazos.

Como la mayoría de las intervenciones invasivas, esta requiere un estado de salud óptimo y depende también de que los parámetros clínicos estén normales y adecuados para ser una candidata apta para el procedimiento. No se recomienda “en pacientes diabéticos e hipertensos no controlados, con trastornos de la coagulación o lupus –indica el cirujano plástico Mauricio Linares–. Si se tienen hernias, se deben corregir primero en la cirugía”.

La cicatriz que queda de la abdominoplastia ocupa la parte inferior del abdomen, varía en longitud según la cantidad de piel que sea necesario resecar; se puede ocultar bajo la ropa interior o el traje de baño. Y tras el procedimiento, en la primera semana de la cirugía se presenta algo de dolor e incomodidad. En este periodo el manejo médico es crucial. Las terapias posquirúrgicas disminuyen el tiempo de recuperación, que puede durar alrededor de un mes.

Para mantener los resultados se debe asistir a los cuidados posoperatorios, que consisten en drenajes y masajes especializados, termoterapia, ultrasonido y otras tecnologías que considere el cirujano. Igualmente, se debe usar faja un tiempo prudencial. Todas las cirugías del contorno corporal deben cuidarse con dieta balanceada y ejercicio, que se reanuda cuando el especialista lo estime prudente para evitar que se abra la herida.

La abdominoplastia, cuyo costo promedio es de 8 millones de pesos, es un proceso diferente a la marcación del abdomen. “En la primera se corta la piel y en la otra se definen los músculos del abdomen y no tiene cortes”, precisa Gómez. La marcación del abdomen se realiza mediante “una técnica de lipoaspiración con Vaser y microaire, y es lo que se denomina Lipo 3D, con la que se resalta la musculatura abdominal con resultado muy atlético”, explica el cirujano plástico Rafael Pérez.

Ahora bien, ¿una mujer que acuda a la abdominoplastia puede hacerse marcación de abdomen? De acuerdo con Pérez, sí, pero depende de cada caso. “Para mayor seguridad de la vitalidad del colgajo, la marcación de abdomen se difiere a 6 meses por lo menos”, concluye.

Asesoría: Andrés Gómez, director de Cirugía Plástica de la Clínica Colombiana de Obesidad y Metabolismo, Tel. (1) 622 4419, www.clinicacolombianaobesidad.com, Bogotá. Consultas online en direccioncomercial@clinicaobesidad.com. Rafael Pérez Franco, Cirugía Plástica Reconstructiva y Estética, www.drrafaelperez.com, Tels: 218 6647 – 300 618 8765/56. Mauricio Linares Garzón, cirujano plástico,www.mauriciolinares.com.

REDACCIÓN CARRUSEL